Saturación de la oferta de capacitación.

Guía para seleccionar una certificación en Coaching Profesional.

Sí, afortunadamente o no, entrar al mercado de servicios de capacitación es “muy fácil” relativamente. Lo único que hay que hacer es pensar en un producto, de cualquier tipo, y ofrecerlo. Así de simple. El mercado decidirá si lo compra o no, pero ya la oferta está hecha. Eso no quiere decir que el producto será exitoso o no. Lo que sí ocurre es que es un nuevo elemento en el mercado: para los clientes es una opción más a evaluar, para los proveedores es un nuevo competidor.

Desafortunadamente, en este caso sí es definitivo, esta facilidad de ingreso al mercado da pie a que “cualquier cosa” pueda participar; independientemente de la experiencia, preparación, capacidades o cualquier factor que determine la calidad de la capacitación.

Por esto, cada vez más, existen oferentes de servicios que adolecen de los elementos esenciales de calidad; necesarios para satisfacer, verdaderamente, las necesidades de los clientes. No obstante, en muchas ocasiones, las ofertas de estos proveedores pueden ser muy atractivas, sobre todo para los clientes que tienen poca información, desconocen productos de calidad, tienen un presupuesto reducido para acceder a entrenamientos de buen nivel y excelente calidad o, cualquier razón particular de cada persona u organización.

Facilidad de ofrecer el servicio a gran escala

Otro fenómeno, que es una realidad y que se expande con gran rapidez y afecta la percepción del público, es la facilidad de uso de las redes sociales como medio de difusión. Hay personas que con gran habilidad y un bajo presupuesto comienzan a posicionarse de manera rápida ante audiencias ávidas de conocimiento.

Esto no sería un problema si las barreras de entrada a la industria de la capacitación no fueran tan bajas,
como se expuso antes. Pero sí, es una realidad. Hay ofertas de servicios y productos de capacitación
que tienen un “look and feel” muy profesional, pero que no necesariamente tienen la calidad realque se expone en la publicidad.

Esto quiere decir que hay ofertas de proveedores que invierten en una producción multimedia de alto nivel, pero que no tienen la preparación, el nivel de experiencia y las capacidades docentes para realmente entregar un proceso de formación que satisfaga las necesidades del cliente. En otras palabras: “el empaque es genial,
pero el contenido está vacío”.

En consecuencia, cada vez más los clientes requieren y buscan algún tipo de “garantía” que les dé algún nivel de certeza en cuanto a la calidad del servicio que están contratando.

Por eso, también, la consolidación de organizaciones que acrediten la calidad de los productos y servicios ofrecidos de manera independiente. Pero, también, la proliferación de organizaciones que autoacreditan y autocertifican sus programas, para no cumplir con los procesos de verificación y auditoría de estas grandes organizaciones,
y empiezan a aglomerar a esos proveedores que no tienen las condiciones para cumplir las exigencias de las organizaciones internacionales reconocidas mundialmente.

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